ENFERMERÍA DE URGENCIAS, PREVENCIÓN Y
SEGURIDAD |
“El propósito de fomentar una auténtica
cultura preventiva, mediante la promoción de
la mejora de la educación en dicha materia
en todos los niveles educativos, involucra a
la sociedad en su conjunto y constituye uno
de los objetivos básicos y de efectos quizás
más transcendentes para el futuro de los
perseguidos por la presente ley”. Es bajo
esta premisa contemplada en el punto 4 de la
exposición de motivos de la Ley 31/95 que la
Sociedad Española de Enfermería de Urgencias
y Emergencias quiere ser partícipe de dicho
proceso de formación.
Y la asistencia urgente prestada por los
Diplomados de Enfermería es parte de esa
empresa en la que los profesionales están a
la cabeza de accidentalidad. Los datos de
EPINet así lo confirman[I].
La importancia de los Servicios de Urgencias
viene dada, entre otras razones, por la
trascendencia que para los usuarios supone
acceder de manera rápida y eficaz al sistema
sanitario, tanto hospitalaria como
prehospitalariamente y a través de los
distintos servicios de asistencia a las
Urgencias que en los últimos años se han ido
creando alrededor del nivel asistencial de
Primaria, e inmersos en los distintos
modelos de Sistemas Integrales de
Emergencias desarrollados por las distintas
comunidades autónomas a partir de sus Planes
de Urgencias y Emergencias (DCCU, PAC´S, PAU,
etc.).
En el ámbito de la asistencia en situaciones
límites, imprevistas o agudas a través de la
cada día más amplia red de los Servicios
prehospitalarios de Emergencias, (112, 061,
Samur, transporte aéreo sanitario,
diversidad de los sistemas de protección
civil, etc. etc.), y en la demanda de la
atención hospitalaria a través de los
recursos ofertados por los departamentos o
áreas de urgencias que han venido a
transformarse en apéndices de los
hospitales, casi como “hospitales bis”.
Se impone la necesidad de implantar procesos
de formación, como veíamos anteriormente, y
al mismo tiempo disponer de los recursos
materiales de seguridad que pueda ofertar el
mercado. Recursos de seguridad que en algún
momento serán exigidos por ley en nuestro
país y en el entorno de la Unión Europea
como ya lo está siendo en EEUU.[II]
El desconocimiento por parte de los
profesionales sanitarios en los Servicios de
Urgencias sobre análisis de riesgos,
valorando si son tolerables o no,
identificando el peligro, evaluando cada uno
de los puestos de trabajo, concluyendo con
propuestas de medidas correctoras si
procede, no es solamente la ausencia de
conocimiento, sino más bien reflejo de la
realidad, que se muestra tozuda, sobre la
ausencia de aplicación de métodos de
evaluación tales como el INSHT, el de
Willian T. Fine, etc. En la bibliografía
revisada encontramos algún trabajo de
Diplomados de Enfermería haciendo estudios
de evaluación de riesgos pero no
precisamente en el ámbito laboral propio y
sí en otros ámbitos como es la actividad de
carpintería.[III]
En nuestro país ya se está poniendo de
manifiesto la optimización de resultados,
tanto en la acción asistencial, como en la
prevención de riesgos por la introducción de
recursos materiales y dispositivos de
seguridad. Los departamentos de Urgencias
están siendo en muchos casos pioneros en la
introducción de recursos de bioseguridad que
luego incorpora el hospital en su conjunto.
Así ocurre con el Hospital Clínico de
Zaragoza donde se ha producido esta
situación y ya todo el Hospital trabaja con
dichos recursos. En esta línea de
incorporación continua de recursos de
bioseguridad cabe destacar, aunque sea a
modo de enunciado pues la lista sería
prolija, los Hospitales de Bellvitge, Trias
i Pujol, General Yagüe,…
Todo ello viene a demostrar que las áreas de
urgencias, así como las unidades de
prehospitalaria, son mas concientes de los
riesgos por la idiosincrasia de los mismos,
y esto favorece al conjunto de los
profesionales en las distintas áreas de
cuidados enfermeros.
El 42,6 % de los accidentados son DUE, y que
el 14,8% de las lesiones se han producido en
el área de urgencias. La exposición
percutánea constituye el 93,6% de los casos
donde el pinchazo aparece en el 79,8% de los
mismos. Respecto del material biológico la
sangre y derivados ocupan un 94,1%. Las
actividades de uso, punción y eliminación
constituyen el 55,2% de los casos en los que
se ha producido lesión. Las agujas de
pequeño calibre son el objeto lesional en un
79,8% de accidentes.
De otro lado no podemos olvidar que en la
asistencia urgente extrahospitalaria sus
características intrínsecas contribuyen a
aumentar los riesgos de exposición a la
accidentalidad biológica. La necesidad de
una actuación rápida, lo agresivo de algunas
técnicas, las desfavorables condiciones de
trabajo, los pacientes poco colaboradores,
las circunstancias inesperadas e
incontrolados, el movimiento del vehículo en
marcha, etc. Son factores que favorecen la
falta de adhesión a las normas y
preocupaciones higiénicas universalmente
conocidas.[IV]
El artículo 15 de la Ley 31/95 establece los
principios de la acción preventiva haciendo,
entre otros, referencia expresa y concreta
a: evitar los riesgos; combatir los riesgos
en su origen; tener en cuenta la evolución
de la técnica y sustituir lo peligroso por
lo que entrañe poco o ningún riesgo. También
de manera explícita se nos requiere a la
reducción o eliminación de los riesgos
biológicos desde las Directivas del Consejo
de las Comunidades Europeas, (Directivas
90/679/CEE y 93/88/CEE).
[I] Seguridad
ante la exposición. Nursing 2000, Vol.18, nº
10, pp.44.
[II] http://www.med.virginia.edu/epinet
“State Legislative Activity”
[III] J. Chacón
Cruz et al. “Evaluación de riesgos laborales
en un taller de carpintería” Revista Hygia,
nº 43, pp.30-37.
[IV] R.Mª.
Blasco Gil, Prevención de riesgos para el
personal de los SEMEX, en Rev. Emergencias,
vol.12, nº 2, pp. 121. SEEUE
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