Sociedad Española de Enfermería de Urgencias y Emergencias

 Número 25

Septiembre 2004  

 

Sociedad Española Enfermería

Urgencias y Emergencias

 

Revista indizada en

Base de datos de Revistas de Enfermería

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Editorial

 

LA VISIÓN DE LAS ENFERMERAS DE URGENCIAS DE ATENCIÓN PRIMARIA TAMBIÉN EN EL CURSO DE VERANO DE LA UNIVERSIDAD DE CASTILLA LA MANCHA (UCLM) EN CUENCA

     El contacto con la dirección del curso de verano en Cuenca durante estos últimos meses, nos llevó a la aceptación de un esquema planteado por Elías Rovira que a mí personalmente me pareció muy correcto, y en el sentido de que la mesa redonda habría de plantear los puntos en común y de convergencia en la asistencia a las urgencias desde un punto de vista enfermero, así como las posibles diferencias e intentando poner de manifiesto una vez más la coherencia encerrada en la idea de defender, desde nuestra actitud, presencia y argumentos, un área de la que la famosa Ley de Especialidades no se ha hecho absurdamente eco a pesar de todo el trabajo que estos últimos cuatro años hemos venido abanderando desde la Sociedad Española de Enfermería de Urgencias y Emergencias (SEEUE).

     Los tres niveles asistenciales que nos sentamos a comentar cuáles eran nuestras afinidades, evidenciamos que a través de nuestro trabajo diario compartimos un concepto y un contexto:

     La asistencia y cuidados ante una situación aguda de aparición de problemas y necesidades demandadas por el paciente a través de los distintos servicios, provocando el acercamiento a "las Urgencias" en ese intento por resolver situaciones la mayoría de las ocasiones tildadas por los usuarios como urgentes y que pueden poner en peligro su vida o suponer un desequilibrio vital, sin caber más cuestionamientos que el haber sido así adjetivadas por ellos mismos en muchas de las ocasiones.

     Es en este contexto y entonces cuando la enfermera de Urgencias debe poner encima del mantel toda su preparación, empatía, conocimientos y método para brindar al paciente y su familia cuanto esté en su mano para resolver estas situaciones, verdaderas emergencias vitales otras muchas ocasiones y que presentan entonces a éstos en su mayor fragilidad y desamparo fuera de cualquier posible cuestionamiento conceptual y de encuadre de su demanda.

     El paciente, inmerso entonces en la idea de navegar a través del Proceso Único como actualmente se plantea la asistencia de los servicios sanitarios públicos (y siendo las vías de entrada a los procesos de carácter urgente cualquiera de los servicios asistenciales a las urgencias), se convierte en el centro de atención y debe ser abordado (manteniendo una filosofía de Continuidad en los cuidados que otorgue Calidad a nuestras actuaciones y un respeto a sus expectativas como cliente del sistema) con todo el bagaje de método y de Proceso enfermero que estas situaciones provocan, y sin lugar a dudas, en una necesidad de contextualización de nuestros cuidados a esta área.

     El nivel asistencial primario a las urgencias, en definitiva, las Urgencias asistidas desde Atención Primaria (AP) de salud a través de cualquiera de los modelos que estos últimos años se han ido configurando alrededor del esquema global de los Sistemas Integrales de Emergencias (SIE) desarrollados por los distintos servicios sanitarios públicos, toma cada vez más un mayor protagonismo:

     Las urgencias asistidas desde Atención Primara crecen un 23% en la Comunidad Andaluza y un 20% en los últimos cuatro años en la provincia de Jaén (por poner un ejemplo), pasando de 533.143 en el año 2000 a 641.962 en 2003, y todo a expensas de los profesionales, sus ganas y de la paradójica "no-globalización" en el desarrollo de un modelo que ahora os intentaré perfilar, y que aún hoy, casi quince años después de "las denuncias" del Defensor del pueblo, seguimos reivindicando y demandando en su conclusión y bajo el handicap de la mayor información, conocimientos y demanda de los usuarios a través de patologías que hoy por hoy se presentan como verdaderas epidemias del S.XXI.

     Son éstas los episodios cardiovasculares y accidentes de tráfico y teniendo además que tener en cuenta los condicionantes de los avances de la tecnología y la técnica, que provocan una actualización continua de los profesionales enfermeros en el área de las Urgencias y Emergencias.

     Un informe del Defensor del pueblo a finales de los años ochenta que evidenciaba las sangrantes carencias del Sistema en cuanto a la asistencia sanitaria a las urgencias, va provocando en los años 90 la configuración en el mapa nacional de los SIE, que en concreto en Andalucía darían lugar a la creación, a través del Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias (PAUE), de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias -EPES/061- y sus centros Coordinadores de Urgencias (CCU) en las ocho provincias andaluzas, para posteriormente provocarse un intento de unificación, definición y configuración del nivel primario de asistencia urgente coordinado con los Equipos de Emergencias y el nivel Hospitalario (SCCU), desde la unificación de los anteriores Servicios Normales de Urgencias (SNU) y Servicios Especiales de Urgencias (SEU) además de cuantos híbridos funcionaban hasta ese momento y a este nivel, dando lugar a la definición y aparición del pilotaje de los DCCU, Dispositivos de Cuidados Críticos y Urgencias, que serían los encargados de desarrollar esta actividad y la filosofía de Atención Continuada emanada de los Centros de Salud alrededor de los cuales se había organizado previamente la actividad de los Equipos Básicos de Atención Primaria (EBAP) en esa anterior reconversión de consultorios, ambulatorios, casas de socorro etc. que "dispensaban" y nunca mejor dicho, asistencia sanitaria a la población en el nivel de Primaria.

     Se definió así pues estructura, organización, recursos materiales y humanos y de una forma he de reconocer que ideal, planteándose un progresivo acercamiento a un modelo perfilado por la utopía y a la vista de lo que actualmente existe después de estos años; pero que a la vez nos otorgó identidad y posibilidades de desarrollo y reivindicación de un modelo que sea como fuere se planteó por la Administración posiblemente sin haber hecho las cuentas de lo que suponía y costaba "tanta Calidad pregonada a los cuatro vientos" y como estandarte y bandera de un Sistema Público Andaluz de asistencia a las Urgencias desde Atención Primaria que se dirigía a través de supuestos Planes Estratégicos, de Mejora Continua y de Calidad que no llegaban uniformemente a todos los ámbitos de asistencia urgente ni a todas las estructuras de la Organización ni con el mismo grado de priorización a pesar de tantas voces como se alzaban alrededor de estas cuestiones. El modelo evidentemente no se ha globalizado. El modelo andaluz es algo incompleto, inconcluso, una falacia pues, a muchos niveles. 

     Se definieron estructuras físicas y flujogramas de actividad, coordinación y asistencia, así como estándares de calidad que permitieran medir la operatividad potencial de los DCCU, y que en la mayoría de los casos no se han implantado ni aplicado. Se definieron funciones, tanto del médico como de la enfermera de DCCU, e incluso en la OPE actual aún por resolver, se han planteado las primeras trescientas y pico plazas de facultativo y ciento setenta y siete de enfermeras de Dispositivo (a todas luces insuficientes), cuando aún la misma Administración autonómica, y en palabras de sus más altos directivos en Sevilla, no cree económicamente en este modelo, ni estructural ni contractualmente, manteniendo contratos paritariamente desiguales que concomitan con el resto del EBAP y que lo hacen a la vez con los pocos compañeros que poseen contrato DCCU, planteándose una evidente diferencia que incide aún más en el sentimiento de unos trabajadores cada vez más desmotivados y que son a la vez el sustento claro de un sistema que hace aguas por muchos rincones, sucediendo una vez más lo mismo que en la mayoría de las ocasiones y alrededor de las buenas ideas y proyectos que además han sido redactados por los profesionales y por iniciativa y motivación propia, en definitiva protagonistas de cualquier posibilidad de cambio real. 

     Los DCCU engloban la posibilidad de prolongación de la actividad de los Centros de Salud más allá del horario de consulta, a través de la Atención Continuada y de la demanda urgente, siendo además los encargados de la asistencia a las urgencias y emergencias prehospitalarias allá donde las cronas o la falta de equipos de emergencias suficientes, imposibilitan la actuación de éstos. Nuestra actividad se desarrolla físicamente dentro y fuera de los Centros de Salud, en vía pública y domicilios, durante las 24 horas los 365 días del año, siendo portadores además de la filosofía de educación para la salud que siempre ha debido y debe caracterizar a la Atención Primaria y del aspecto docente-competencial de la enfermera de urgencias en este nivel asistencial prehospitalario, asimilando método y proceso enfermero: Contextualizando. 

     El papel de la enfermera de urgencias en AP, en los DCCU, es esencial, siendo parte del equipo multidisciplinar que ha de configurar el esquema de asistencia que propicie actuaciones eficaces, resolutivas, coordinadas con el resto de niveles y coherentes a cuantos medios, recursos y conocimientos se van acumulando en nuestra área gracias a las iniciativas investigadoras y de gestión de muchos compañeros y al carácter de eficiencia al que justa y solidariamente hemos de adherirnos. 

     La enfermera de urgencias en AP es una figura constatada y defendida desde la SEEUE, cuestión por la que los que ocupamos ese espacio en este mapa competencial y reivindicativo estamos muy agradecidos. 

     Compartimos la Urgencia y la Emergencia; compartimos un modelo: el Proceso enfermero contextualizado a nuestra área; compartimos al paciente en la idea de continuidad de cuidados que otorgue Calidad a nuestra actuación; compartimos una ilusión: el reconocimiento de nuestra Especialidad. Y compartimos un lenguaje: somos enfermeras hablando a enfermeras, por encima de taxonomías y nomenclaturas que cada vez encierran un carácter más especulativo que unificador. 

     Gracias a todos los alumnos que asistieron en Julio al curso, a la UCLM, a Ángel y Elías por haberme dado una vez más la posibilidad de poder exponer y compartir con todos vosotros.

Un saludo.

Antonio J. Valenzuela Rodríguez.
Enfermer@.
Secretario del CC. SEEUE.
Responsable del DCCU del DS. Jaén (SAS).

 

Arriba

© Sociedad Española de Enfermería de Urgencias y Emergencias

www.enfermeriadeurgencias.com