SEGUNDA ÉPOCA
Nº9 Septiembre - Octubre de 2009 

 

COMENTARIO SEEUE A LAS COLABORACIONES INTERNACIONALES

En este número de la ciberrevista enfermeriadeurgencias.com hemos querido hacernos eco de dos problemas que, afectando, como afectan, a los profesionales de Enfermería españoles y teniendo, como tienen, un importante eco mediático-informativo, no se se circunscriben sólo a las fronteras del Estado Español, sino que trascienden las mismas, constituyendo sendas situaciones, parte importante y sustancial de la vida cotidiana de enfermeras y enfermeros de urgencias en cualquier lugar del mundo.

            Nos referimos a las agresiones sufridas por los profesionales sanitarios en los Servicios de Urgencias y a la pandemia mundial de la Gripe A N1H1.

            Para ello, contamos con las visiones que de esos problemas nos trasladan desde Palestina y México, respectivamente.

            El compromiso internacional de la Sociedad Española de Enfermería de Urgencias y Emergencias nos empuja a compartir con nuestros lectores y lectoras la valoración, la experiencia y las aportaciones de destacados profesionales de otras latitudes.

 

LA VIOLENCIA CONTRA LOS PROFESIONALES DE ENFERMERÍA EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS: ESTUDIO EN LOS HOSPITALES DE PALESTINA

AUTORES: Naji Abu Ali (Profesor de la Universidad de Belén, Palestina); Rosa Sánchez Díaz (Enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Sevilla Nisa Aljarafe); Aranzazu Rivera Corrales (Enfermera del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Virgen del Rocío, Sevilla)

RESUMEN:

Muchos estudios de investigación muestran que la violencia y la agresión en el lugar de trabajo han aumentado en los últimos años. Además, muestran que la prevalencia de la violencia es 6 veces más alta en los sectores sanitarios. El personal que se encuentra en primera línea, como en el servicio de urgencias, es el más susceptible a la violencia y al asalto. La verdadera incidencia de la violencia es difícil de determinar debido a las diferentes definiciones que puede haber de violencia. Hay evidencias que muestran el bajo número de denuncias que se hacen de los comportamientos violentos y la falta de formación y preparación en el trato con los pacientes violentos. También existe la falta de apoyo a las víctimas en el campo de la salud.

Se adoptó un enfoque cuantitativo para investigar la prevalencia de la violencia en los servicios de urgencias y las medidas usadas por el personal para prevenir tal violencia. Se utilizó un método descriptivo no experimental en secciones cruzadas. Se seleccionó una muestra de no probabilidad de enfermeros diplomados y en prácticas que trabajan en los servicios de urgencias en hospitales palestinos localizados en un área de 80 kilómetros cuadrados. Para recoger los datos se utilizó un instrumento desarrollado por el Consejo Internacional de Enfermeros (ICN). Se repartieron un total de 99 cuestionarios entre 9 lugares de investigación diferentes, de los cuales se recogieron 92, (un ratio de respuesta del 92.9%). Se usaron métodos estadísticos descriptivos y los hallazgos se interpretaron estadísticamente usando el paquete estadístico para la Sociología (SPSS). Los resultados muestran que la mayoría de los participantes en el estudio denunciaron la prevalencia del abuso verbal y que un tercio de ellos habían sufrido algún tipo de agresión física en los últimos 12 meses. Los principales agresores eran los familiares seguidos por los pacientes. El período de tiempo en el que ocurría la mayoría de las agresiones físicas era el comprendido entre las 7 de la mañana y la 1 de la tarde.

El tipo de apoyo más corriente que el gerente facilitaba era la oportunidad de hablar sobre lo sucedido y de denunciar el incidente en ambos tipos de violencia, física y verbal. Por lo general, las víctimas no estaban muy contentas con la manera con la que se trataba el incidente en el lugar de trabajo. La denuncia de las agresiones era baja debido a que las víctimas piensan que es algo inútil y sin importancia. Los encuestados piensan que restringir el acceso al público, mejorar las instalaciones, restringir el cambio de dinero en el lugar de trabajo, una adecuada asistencia médica, la formación del personal, la inversión en el desarrollo de recursos humanos y reducir los períodos de tiempo en los que se trabaja solo, podrían ayudar a minimizar la violencia en el lugar de trabajo.


PALABRAS CLAVE:

  • Violencia

  • Enfermería

  • Prevención


TITLE:

 THE VIOLENCE AGAINST THE NURSING IN THE SERVICES OF URGENCIES: I STUDY IN THE HOSPITALS OF PALESTINIAN


ABSTRACT:

Many research studies show that violence and aggression in the workplace have increased in recent years. Moreover, they show that the prevalence of violence is six times higher in health sectors. Personnel in the front line as in the emergency department (ED) are more susceptible to violence and assault. The true incidence of violence is difficult to determine, due to different definitions of violence. There is evidence of under-reporting of violent behaviours and lack of formal education and training in relation to dealing with violent patients. There is also lack of support for victims in the health care sectors.

A quantitative approach was adopted to investigate the prevalence of violence in emergency departments and measures used by ED staff to prevent such violence. Cross-sectional non-experimental description design was used. A non-probability sample of all registered and licensed practical nurses working in EDs in Palestinian hospitals located within an area of 80 km square were selected. An instrument developed by the International Council of Nurses (ICN) was used to collect the data. A total of 99 questionnaires were distributed between 9 research sites and 92 were returned (a 92.9% response rate). Descriptive statistic methods were used and the findings were statistically interpreted using the statistical package for Social Science (SPSS). Results show that the prevalence of verbal abuse was reported by the majority of the respondents and one-third had experienced physical attack in the last 12 months. The main perpetrators violence were relatives, followed by patients. The most frequent time of physical attack happened between 7.00 am and 1.00 pm.

The most common type of support given by the employer was the opportunity to speak about and report the incident in cases of both physical and verbal violence. In general, the victims were dissatisfied with the way the incident was handled in the

workplace. Reporting of violent incidents by victims was low, as they think it is useless and not important. Respondents think that restricted public access, improved surroundings, restricted exchange of money at the workplace, patient

screening, training, investment in human resource development and reduced periods of working alone could be helpful in minimizing workplace violence.


KEYWORD:

  • Violence

  • Nursing

  • Prevention


INTRODUCCION

La violencia y el asalto en el servicio de urgencias son reconocidos como los riesgos significativos para los profesionales de la enfermería. Sin embargo, todos los enfermeros corren el riesgo de ser agredidos por los pacientes, familiares o por las visitas familiares. Del mismo modo que la violencia crece en la sociedad, el riesgo para la enfermería también aumenta. Además, la violencia se ha convertido en la segunda causa de muerte en ciertas sociedades, como es el caso de la americana. ( Mayer et al 1999 ). Existen otros estudios que demuestran el crecimiento de la violencia en otras sociedades, ( ENA 1999, Brantley 1992, Aple y Hoag 1993, Presley, Rippon 2000 y Robinson 2002).

Para asegurar un ambiente de trabajo seguro, los directores de enfermería deben proporcionar la formación adecuada al personal para prevenir y saber actuar ante situaciones violentas que se puedan dar en el lugar de trabajo. Es necesario formar a los enfermeros, así como una selección adecuada del personal para los servicios de urgencias. La dirección debería facilitar y enfatizar en la necesidad de realizar cursos de formación en el manejo del estrés y limitaciones.

Es importante que el personal que trabaja en el servicio de urgencias sea consciente de que la violencia y la agresión por parte de los pacientes resulta de varios factores como pueden ser el estrés, el dolor, el miedo a lo desconocido, el tiempo de espera para ser atendidos y tratados, la suficiente dotación de personal, la falta de personal de seguridad visible y estímulos nocivos como el sonido de monitores ( Presly, 2002). Existen también causas ambientales como por ejemplo, un ambiente de espera desagradable, asientos incómodos e insuficientes y la falta de distracción, T.V., revistas, teléfonos y carteles. Todos estos aspectos pueden llevar a la violencia.

Declaración del problema

La violencia y la agresión física en los servicios de urgencias son reconocidos como los riesgos significativos para los profesionales de enfermería. La violencia en las sociedades está aumentando y se ha convertido en la segunda causa de muerte en algunas sociedades ( Mayer et al 1999 ). Para detectar la prevalencia de la violencia en el servicio de urgencias y concienciar al personal sobre ello, este estudio pretende investigar la prevalencia de la violencia en el servicio de urgencias y conocer las opiniones del personal sobre el modo en el que se podría prevenir tal violencia. Para asegurar un entorno de trabajo seguro, los directores de enfermería deben proporcionar una formación adecuada al personal relacionada con la prevención y el modo de actuar ante situaciones de violencia y agresión. Los enfermeros deberían comprender que la violencia resulta de una serie de factores como pueden ser el estrés, el dolor, el miedo a lo desconocido, una larga espera para ser atendidos y tratados y un ambiente desagradable.


Importancia del estudio

Dado que la violencia crece en la sociedad, este estudio investigará las actitudes de enfermería en relación con la prevalencia y las medidas de prevención contra la violencia en los servicios de urgencias. Existe una falta de datos en relación con la prevalencia de la violencia en los servicios de urgencias en los hospitales palestinos, de manera que con la realización de este estudio, se conseguirá concienciar al personal y a la comunidad y esto llevará al desarrollo de políticas explícitas en relación con la violencia y cómo responder a ella y por tanto, la necesidad de formar al personal en los servicios de urgencias. El estudio ayudará a concienciar sobre la importancia de ciertos criterios de selección a tener en cuenta para elegir al personal que se adecúe de la mejor manera al trabajo en los servicios de urgencias.


OBJETIVO DEL ESTUDIO

El objetivo principal del estudio es investigar la prevalencia de la violencia en los servicios de urgencias y los factores utilizados por el personal para impedir tal violencia.


Pregunta de investigación

¿Cuál es la incidencia de la violencia en los servicios de urgencias en Palestina?

¿Qué medidas se toman en los servicios de urgencias para impedir la violencia?

La violencia en el lugar de trabajo se ha convertido en el asunto pendiente desde hace más de 15 años. Se ha convertido en una preocupación de salud pública tanto para aquéllos que proporcionan cuidados de salud, como para aquéllos que los reciben ( Kingma, 2001 ). Hay investigaciones que se centran en la violencia en los servicios de psiquiatría ( Walsh 1996, Fairly y Brown 1997 ), en las salas generales ( Whittington et, al 1996, McKenna 1999), y en los servicios de urgencias ( Dolan & Holt, 2000 ). Hay diferentes definiciones de violencia en el lugar de trabajo. Algunas la definen desde el punto de vista del intento o del asalto físico real ( el et de Krus. el al, 1995 ). Otras la definen como un abuso no físico, como puede ser el abuso verbal y las amenazas, que pueden tener consecuencias psicológicas y físicas (el et de Flannery. el al, 1995 ).

La violencia es un término difícil de definir (Brennan, 2000 ). Dennen (1980) halló 106 definiciones del término. La violencia se define como cualquier incidente en el que una persona sufre abuso verbal, es amenazada o atacada psicológica o físicamente por un paciente o por cualquier otro tipo de cliente, (Salud y Comisión de Seguridad, 1997, Rippon 2000, Beale et al 1999, RCN, 1998 ).

La violencia se define como el asalto físico real o frustrado. Cualquier comportamiento con intención de dañar a los trabajadores o a su organización, el uso intencionado del poder contra otra persona o contra un grupo ( Kraus, 1995, Folger, 1996, WHO, 1995 ).

La Oficina Internacional de los Trabajadores, ICN, WHO y los servicios públicos internacionales han lanzado un programa común para reducir la incidencia de la violencia en el sector de salud y minimizar su impacto negativo en las víctimas y servicios. En este estudio se ha adoptado la definición de violencia en el lugar de trabajo del ICN, cuya definición es: ‘Incidentes donde se abusa, amenaza o agrede al personal en circunstancias relacionadas con su trabajo, que supone un riesgo explícito o implícito de su seguridad, bienestar o salud ( ICN, 2003, página 2 ) ".

La violencia en el lugar de trabajo tiene sus orígenes en varios factores. Los factores individuales pueden jugar un papel importante. Por ejemplo, una enfermedad mental, el consumo de alcohol o de drogas pueden aumentar el riesgo de violencia a los trabajadores del sector sanitario. También pueden influir los factores ambientales. Factores como pueden ser una pobre iluminación, pocas medidas de seguridad, salas de espera desagradables y la organización en los servicios de urgencias repercuten y pueden aumentar el riesgo de violencia. La falta de personal puede aumentar el riesgo de violencia debido a que se pueden alargar los periodos de espera y que los trabajadores estén solos con los pacientes. Un bajo apoyo por parte del supervisor, la sobrecarga de trabajo y unas pobres relaciones profesionales son factores que pueden aumentar el estrés en el lugar de trabajo y también el riesgo de agresión.

Es difícil evaluar la fuente de violencia en los servicios de urgencias. Puede haber una serie de factores que influyan en su desarrollo. Éstas incluyen actitudes del personal, el estado interno del individuo y el entorno del servicio de urgencias (Dolan y bosque, 2002).

Una pobre plantilla y unas habilidades inadecuadas también son factores significativos que pueden contribuir a la violencia (Dolan & Holt, 2000). Una pobre dotación de personal en los servicios de urgencias donde hay una dura carga de trabajo, también puede contribuir a una atmósfera de tensión. En estas condiciones, el enfermero está trabajando bajo presión y teniendo al cuidado un gran número de pacientes en cualquier turno de trabajo. El enfermero puede dar la impresión de una falta de interés en el paciente y en los familiares, percibiéndose señales no verbales negativas, que pueden llegar a provocar algún tipo de confrontación (Dolan & Holt, 2000).

En esta investigación se utilizó un estudio descriptivo, en secciones cruzadas, no experimental para identificar la prevalencia de la violencia y las medidas preventivas usadas para prevenir la agresión y la violencia en los servicios de urgencias de Palestina. Los diseños en secciones cruzadas engloban la recogida de datos en un punto y en un período de tiempo concreto; los fenómenos bajo estudio se recogen durante un período de recogida de datos. Esto es apropiado para describir las relaciones entre los fenómenos. En este estudio fueron: la edad y violencia, género y violencia, años de experiencia y violencia, formación y violencia, y manejo y violencia a través de las políticas en los servicios de urgencias.


Población

La población diana era todos los enfermeros (enfermeros diplomados y enfermeros en prácticas) que trabajan en los servicios de urgencias en los hospitales de Palestina en el West Bank y en Jerusalén.

Muestra

La muestra incluyó todos los enfermeros que trabajan en los servicios de urgencias de 9 hospitales del West Bank y de Jerusalén que representan las 3 principales áreas geográficas: el hospital Al Ahli, el hospital Alia y el hospital Al Muhtasib, los 3 situados en el sur; el hospital Beit Jallee y el hospital Al Yamama, que están en el centro con: el hospital Al MaKassed y el hospital Augostia Victoria situados en Jerusalén y finalmente, el hospital de Ramalla, el hospital Al Sheich Zaied y el hospital Al Reaia que están en el norte.

El tamaño de la muestra era de 99 enfermeros que reunían los siguientes criterios de selección:

  1. Trabajar en los servicios de urgencias en Palestina;

  2. Ser enfermeros, diplomados y en prácticas;

  3. Trabajar al menos 21 horas a la semana;

  4. Tener una experiencia de más de 3 meses en los servicios de urgencias, de manera que hayan tenido el tiempo suficiente para orientarse y adaptarse al ambiente en estos servicios.

  5. Ser enfermero que trabaje en uno de los 9 hospitales arriba mencionados.

La muestra escogida era una muestra de no-probabilidad; la falta de accesibilidad en la participación para tener una selección aleatoria y la limitación de tiempo y recursos, fueron factores instrumentales en la elección de la muestra del estudio.

La muestra representa cerca del 75 por ciento del total de los enfermeros que trabajan en los servicios de urgencias en el West Bank y en Jerusalén; por lo tanto, esto debería asegurar que la muestra sea representativa. Se recogieron 92 cuestionarios completos con el ratio-respuesta del 92.9%. El número total de enfermeros que trabajan en los servicios de urgencias en Palestina es de 135, el intervalo de confianza estaba establecido en ± 5%, siendo un nivel de confianza del 95%.

Instrumentos

El Consejo Internacional de Enfermeras en Ginebra desarrolló el cuestionario en el 2003. Se pidió permiso para utilizar este cuestionario y fue concedido oficialmente.

El cuestionario consta de cuatro secciones o subapartados. La primera sección (Sección A) consiste en 12 artículos relacionados con los datos demográficos: edad, género, cargo que ocupa actualmente, años de experiencia, categoría, tipo de trabajo, número de personal por turno, grado de preocupación sobre la violencia y procedimiento a seguir para denunciar un incidente en los hospitales. La sección B consta de 21 artículos relacionados con la violencia física incluyendo: prevalencia de la violencia, fuente de la violencia, momento del incidente, maneras de responder a la violencia, efectos de la violencia en el enfermero, consecuencias de la violencia, tipo y fuente de apoyo después del incidente y denuncia del incidente.

La sección C consta de 13 artículos relacionados con la agresión verbal incluyendo: prevalencia, momento, fuente y respuesta a la violencia. Además, las consecuencias, tipo y la fuente de apoyo tras el incidente y los procedimientos a seguir para denunciar, también están incluidos en esta sección.

La sección D consta de 7 artículos relacionados con los empleados del sector sanitario incluyendo: políticas, medidas tomadas para tratar la violencia, los diferentes cambios que sucedieron en el lugar de trabajo en los 2 últimos años, su impacto en el trabajo diario y finalmente, formación y entrenamiento relacionado con el manejo de la violencia y su prevención. Para mayor fiabilidad, el investigador calculó el alfa para comprobar la consistencia interna del instrumento como se muestra en la tabla 1. Kuder-Richardson 20 (KR20) computado para las preguntas de dicotomía y el alfa de Cronbacch que fueron computados para las preguntas a escala. Los coeficientes de fiabilidad de alfa eran entre 0.46 y 0.79. Sólo un campo estaba por debajo del nivel aprobado de 0.70. (tabla1).


Tabla 1- coeficientes alfa para cada campo del instrumento.

Artículo

Alfa

Pregunta física y verbal ( sí, ninguna pregunta )

0.71

Problemas y quejas tras la agresión física (escala 5-20)

0.77

Problemas y quejas tras la agresión verbal (escala 5-20)

0.74

Sector sanitario (HE 1). (Sí, ninguna pregunta )

0.77

Sector sanitario (HE 2). (Sí, ninguna pregunta )

0.46

Sector sanitario (HE 3). (escala 16-64 )

0.79



En condiciones de validez / validación, como los participantes en el estudio no tenían como primera lengua el inglés, para aclarar los artículos que aparecían en el estudio, fue necesaria la traducción al árabe por un experto en ambas lenguas. Principalmente lo necesitaron los enfermeros en prácticas.

El procedimiento más recomendado para verificar la traducción del estudio es la traducción inversa (Jonses E. ,1986). En este procedimiento, un traductor cambia el estudio al idioma deseado y después, otro traductor diferente vuelve a traducirlo a la lengua original. Este procedimiento es recomendado en el estudio comparativo transcultural.

Se encontraba el principio de beneficencia ya que los participantes no se sentían incómodos cuando se vieron formando parte de este estudio. Los participantes estaban a salvo de cualquier riesgo previsible de verse perjudicados mientras contribuían potencialmente explorando el problema de la agresión. Más aún, se les aseguró que su participación o cualquier información que pudieran aportar no serían usadas en su contra de ninguna manera. Por lo tanto, las personas accedieron a participar en el estudio al ver que podían percibir beneficios personales, directos o para la sociedad en general.

El respeto a la dignidad humana era el segundo principio tenido en cuenta en este estudio e incluía el derecho a la autodeterminación y a la revelación completa. El derecho a la autodeterminación aseguraba a los participantes el derecho a decidir voluntariamente el querer participar en el estudio sin correr riesgo alguno a cualquier penalización o tratamiento perjudicial. También tenían el derecho a hacer preguntas y pedir aclaraciones.

Se aseguró en este estudio el derecho a la revelación completa haciendo una descripción completa de la naturaleza del mismo. Todos los participantes eran conscientes de que el estudio era completamente voluntario.

El tercer principio ético en este estudio tenía que ver con la justicia, que incluía los derechos de los participantes a un tratamiento justo y el derecho a la privacidad. Todos los enfermeros de los servicios de urgencias fueron tratados del mismo modo dentro de los mismos criterios de selección. Se garantizaba el derecho a la privacidad asegurando el anonimato y la confidencialidad.

Todos estos derechos se protegieron, aseguraron y quedaron aclarados en la carta que se redactó para este estudio. Se obtuvo el permiso para proseguir con este estudio y se recalcó que era voluntario, anónimo y de naturaleza confidencial.


Resultados del estudio

Los datos fueron analizados principalmente usando SPSS; análisis descriptivo; –square de ji; ANOVA y prueba de T para ver la diferencia entre los grupos. El nivel de probabilidad estaba establecido sido puesto en p = 0.05.

Descripción de la muestra

La muestra estaba formada por 92 enfermeros; Las características sociodemográficas de los participantes incluyendo la distribución por edad y sexo, están reflejados en la tabla 2. 64 (69.6%) eran hombres, y 28 (30.4%), mujeres. 59 (66.3%), están incluidos en la categoría que corresponde a las edades comprendidas entre 26 – 44.


Tabla 2 – características sociodemográficas de los participantes, Palestina

Frecuencia (n)

Porcentaje ( % )


Distribución por edades



- 25

17

19.1

26-44

59

66.3

45 +

13

14.6

Total:

89

100.0

Distribución por sexo


Hombres




64




69.6

Mujeres

28

30.4

Total:

92

100.0



La tabla 3 describe la distribución de los participantes según el puesto actual que ocupan, el tiempo que llevan trabajando, y el sistema sanitario al que pertenecen. 35 son enfermeros diplomados, (38.19%), 30 son enfermeros en prácticas, (33.3%). Los resultados muestran un alto nivel de experiencia, 48 enfermeros, (52.2%) superan los 10 años de experiencia.

La mayoría de los enfermeros trabajan en hospitales privados, 40 (44%), y 24 (26.4%) trabajan en el sector público.

Tabla 3 – Puesto actual, experiencia y sistema sanitario de los participantes


Frecuencia (n)

Porcentaje ( % )


Puesto actual



Enfermero supervisor

18

20.0

Enfermero coordinador

7.0

7.8

Enfermero diplomado

35

38.19

Enfermero en prácticas

30

33.3

Total:

90

100.0

Años de experiencia



1-4

20

21.7

5-9

24

26.1

+10

48

52.2

Total

92

100.0

Sistema sanitario



Privado


40


44.0

Concertado

16

17.6

Público

24

26.4

Ayuda Internacional

6.0

6.16

Otros

5.0

5.5

Total:

91

100.0


Dimensiones de la violencia

La prevalencia de la violencia en el lugar de trabajo muestra que la mayor parte de las agresiones ocurridas en los servicios de urgencias eran agresiones verbales, (69.8%, n = 60) seguidas por las agresiones físicas (34.1%, n = 31). Los resultados mostraron que la violencia era percibida por las víctimas, en la mayoría de los casos, como un incidente normal; las agresiones físicas eran percibidas por encima de la mitad de los casos como un incidente típico, mientras que la agresión verbal se percibía como algo normal por encima de los dos tercios.

Los principales agresores en ambos tipos de violencia eran los familiares, con cerca de los dos tercios de los casos, seguidos por los pacientes, al menos el 20% de los casos fueron ellos.


Tabla 4- prevalencia de la violencia física y verbal



Física

Verbal

Agredido

N

%

N

%



31


34.1


60


69.8

No

60

65.9

26

30.2

Total

91

100.0

86

100.0


Incidente típico







17


58.6


47


71.2

No

12

41.4

19

28.8

Total

29

100.0

66

100.0


Quién agredió






Paciente


6.0


18.2


12


18.5

Familiar

23

69.7

45

69.2

Personal

2.0

6.1

7.0

10.8

Otro cliente

2.0

6.2

1.0

1.5

Total:

33

100.0

65

100.0




La gráfica 1 muestra la distribución de la violencia física y verbal en los servicios de urgencias, siendo el abuso verbal dos veces más frecuente que el físico.


Gráfica 1- Distribución de la violencia física y verbal en los servicios de urgencias


La gráfica 2 muestra que el horario más frecuente de la agresión física sucedía entre las 7 a.m. y la 1 p.m., 17 (51.5%), mientras que el menos frecuente era entre las 6 p.m. y las 12 a.m.

Gráfica 2- Horario en el que ocurrían las agresiones físicas relatado por las víctimas


Respuesta de las víctimas a la violencia

La mayoría de las víctimas tomó una combinación de medidas en respuesta a la violencia sufrida. En ambos casos de violencia, física y verbal, la mayoría de las víctimas le decían al agresor que parase, sin tomar posteriormente ningún tipo de acción, aparentado que el incidente nunca había sucedido, ni denunciándolo a sus supervisores.

El director tomó acciones en respuesta a los incidentes violentos. Los resultados muestran que sólo se tomaron acciones con un tercio de los incidentes ocurridos. Así lo relataron las víctimas, mientras que alrededor de dos tercios de los participantes en el estudio, dijeron que el director no había tomado ningún tipo de acción. Dos tercios de las acciones fueron tomadas por la dirección. En relación con las consecuencias al agresor, se les advirtió verbalmente a alrededor de un tercio y sólo se denunció a la policía a una quinta parte de los agresores, mientras que no se tomó ningún tipo de acción con el 41% de los agresores. Alrededor del cincuenta por ciento de las víctimas relató que los incidentes, tanto físicos como verbales, se podían haber evitado.

El tipo de apoyo a las víctimas más común que el director ofrecía, era la posibilidad de hablar o denunciar el incidente sea cual fuera el tipo de agresión. En general, las víctimas estaban descontentas con la manera con la que se trataba el incidente en el lugar de trabajo. Y esa era la razón por la que los participantes comentaban que el notificar el incidente era algo inútil o decían que lo ocurrido no era importante.

A todos los participantes se les preguntaba si tenían conocimiento del desarrollo de una política específica por parte de los directores. Los resultados muestran que la mayoría de los trabajadores no piensan que su director desarrollara políticas específicas en estas materias.

La percepción de los participantes sobre la violencia en el lugar de trabajo varió en general. Los resultados muestran que los enfermeros de los servicios de urgencias estaban moderadamente o muy preocupados sobre la violencia. Dos tercios de los participantes dijeron que existían procedimientos para denunciar los incidentes violentos y que los directores les animaban a denunciar.

Se averiguó que los enfermeros estaban más preocupados por la agresión física que las enfermeras; el 75% de los enfermeros que se preocupaban por la agresión física eran hombres. Esto es estadísticamente significativo ( 2 = 6.429, |df| = 2, la p = 0.04 ).

Las cifras también mostraban que cuanto más elevado era el cargo que ocupaba el personal, menor era la preocupación sobre la violencia. El 65.6% de los enfermeros que mostraban más preocupación eran los enfermeros diplomados y los enfermeros en prácticas, mientras que el 34.4% eran los que ocupaban cargos superiores. Esto es estadísticamente significativo ( 2 = 6.177, |df| = 2, la p = 0.046 ).

El factor experiencia: Este factor era estadísticamente significativo en relación con la agresión física pero no con el abuso verbal. Los resultados mostraron que el 60.0% de los enfermeros que tenían menos de 4 años de experiencia, estaban expuestos a una agresión física, mientras que sólo el 29.2% de los enfermeros que tenían entre 5-9 años de experiencia y el 25.5% de los enfermeros que tenían más de 10 años de experiencia estaban expuestos a una agresión física. (2 = 7.769, |df| = 2, la p = 0.021 ).

El sistema sanitario de trabajo: este factor es estadísticamente significativo referido a la exposición a una agresión física. Los resultados mostraron que sólo el 18.8% de los enfermeros que estaban expuestos a una agresión física trabajaban en hospitales concertados. Esta cifra se aumentó al 25.0% para los hospitales privados y el 39.11% en el sector sanitario público. (2 = 11.029, |df| = 4, la p = 0.026). No había significación estadística en los resultados sobre el abuso verbal. También se encontró que había una gran relación estadística entre el sector empleo y el grado de consejos que el enfermero recibía de su director. Test de Correlación de la Persona = 0.49, la p ( 2- tailed) = 0.009 ).

Reflexiones sobre los hallazgos: Se midió la prevalencia de la violencia física en este estudio, hallando que el 34.1% de los participantes habían sido víctimas de la violencia física en su lugar de trabajo en los últimos 12 meses. Este porcentaje es mucho más alto que el hallado en el estudio de Deep, (5.8%) o el encontrado por Atwaneh et al. (16%), realizado en el servicio de urgencias del Hospital General de Kuwait. Estas diferencias a pesar de que estos estudios se realizaron en áreas geográficas y con características culturales similares. Sin embargo, el porcentaje encontrado por esta investigación está incluido en el rango estándar de similares estudios. El estudio de Schneider y Marren-Bell (1995) registró que el 33.3% de los enfermeros escogidos al azar estuvieron expuestos a la violencia física, de los cuales, el 35% eran enfermeros del servicio de urgencias. También Rippon (2000) encontró el 30% del personal del hospital, Mayer (1999) el 41.5% de los enfermeros del servicio de urgencias, Rose (1997) el 40% de los enfermeros que trabajan en el hospital de Dublín más grande en Irlanda y Steinman (2003) que el 27% de los participantes habían estado expuestos a la violencia. Por otra parte, este porcentaje es mucho más inferior que el publicado por Gannon, en el que el 85.1% de la muestra había sufrido algún tipo de agresión física. Esta diferencia podría deberse al hecho de que el estudio de Gannon se hizo en un servicio donde los pacientes padecen de demencia, por lo que sus conductas son incontroladas. La hipótesis de frustración-agresión de Dollard et al. (1939), podría explicar por qué la prevalencia de la violencia en este estudio es más alta que en otros similares realizados en áreas geográficas parecidas, tales como los estudios de Deep y el de Atwaneh et al. Como se mencionaba arriba, los palestinos se enfrentan a una gran cantidad de dificultades en su vida diaria que aumentan la frustración que precede a la agresión. Esta causa de violencia es diferente en cada estudio. Por ejemplo, el de Mayer, que encontró una correlación significativa (1-proveído de cola Pearson, la p = 0.001) entre los incidentes ocurridos el año pasado y el número de agresores que estaban bajo los efectos del alcohol.

A pesar del hecho de que el 61.3% de los participantes que estuvieron expuestos a una agresión física eran hombres, el factor sexo no hizo una diferencia estadística real concerniente a la violencia física en este estudio. Este hecho se podría explicar diciendo que más de los dos tercios de los participantes en este estudio eran enfermeros. Sin embargo, otros estudios sí han encontrado diferencias entre el número de agresiones físicas sufridas por enfermeras y enfermeros. Existe una tendencia a que las mujeres sufran mayor número de agresiones verbales, mientras que los hombres son los que reciben más amenazas y agresiones físicas.

Es importante mencionar que la mayoría de las agresiones físicas, (51.5%) sucedían entre las 7 a.m. y la 1 p.m. La mayor carga de trabajo ocurre en este período de tiempo. Esto ejerce una gran presión en el personal y una larga espera a los clientes. Otros estudios como el de Mayer (1999), encontró que la incidencia del abuso verbal estaba significativamente en correlación con el turno de trabajo. Era mayor en el turno de día (el 54.9%; la p = 0.043, el R de Spearman = 0.001 ). La mayoría de los incidentes (55.4%) ocurrían durante el turno de día y un tercio en el turno de noche.

Se encontró que las familias causaron el 69.7% de las agresiones físicas y los pacientes causaron sólo el 18.2% de ellas. Este porcentaje es opuesto al del estudio de Deep (2003), donde los pacientes causaron el porcentaje más alto de agresiones físicas, el 62.9%, mientras que las familias causaron el 25.9% de ellas. Este hecho está relacionado con la naturaleza de las causas de la violencia como se menciona arriba, donde el consumo de drogas y alcohol podría ser la primera causa de la violencia física libanesa, mientras que el factor político es más significativo en la situación palestina.

Cuando se compararon los diferentes sistemas de salud, se encontró que la prevalencia de la violencia física en el sistema de salud concertado y en el público era mayor que en el privado, el internacional y en el de otros sectores de salud (el 70.4% y el 29.6%). La presión en el trabajo y el tiempo de espera podrían ser los principales factores que incidiesen en la prevalencia de la violencia física. Además los clientes pueden estar descontentos con las instituciones gubernamentales acusando a los cargos directivos de negligencia y de falta de compromiso con su trabajo.

Además, se averiguó que cuanto menor era la edad del enfermero, mayor era la posibilidad de ser víctima de una agresión física. El 64.7% de los enfermeros con edades inferiores a los 25 habían sufrido alguna agresión física, comparado con el 28.8% de aquéllos cuyas edades estaban comprendidas entre los 26-44, y el 25% de aquéllos mayores de 45 años.

Sin embargo, este estudio mostró que no existía ninguna diferencia estadística entre enfermeros y enfermeras en lo relacionado a haber sido víctima de algún tipo de agresión física, a pesar de que el 61.3% de los participantes fueron hombres. El elevado número de enfermeros es lo que parece más significativo (más de la mitad de los participantes). Esto también aumentó la preocupación de los enfermeros por sufrir ellos un riesgo mayor de ser agredidos.

Refiriéndonos al cargo ocupado, por regla general, se encuentra relacionado con los años de experiencia. Se encontró que cuanto más alto era el cargo desempeñado y más años de experiencia se tenían, menor era la exposición de los participantes a una agresión física. Sólo el 20% de los enfermeros expuestos a una agresión física eran supervisores y coordinadores. Esto explica que su preocupación a sufrir algún tipo de agresión física fuera menor. También los enfermeros con cargos más altos eran los que tenían más conocimientos sobre procedimientos para denunciar los casos de agresiones en el lugar de trabajo.

La literatura registró un bajo número de denuncias de las agresiones sufridas por los enfermeros de los servicios de urgencias. En Persley (2002) el 70% de los participantes no denunció los incidentes ocurridos. El estudio de Deep (2003): el 23% de los participantes lo denunció. El estudio de Gannon (2002) mostró que el 17.6% de los participantes denunció más del 50% de los incidentes, mientras que el de Fernandes (1999), estudio realizado en el hospital de Saint Paul, Vancouver, encontró que el 66% de los participantes comentó que en 1996, el abuso verbal nunca o raramente fue denunciado y de los 48 participantes que sufrieron agresiones físicas con lesiones, 21 (44%) nunca o raramente denunció. En este estudio se indica que hay pocos registros de las agresiones a pesar de que el 71.9% de los participantes tenían conocimiento sobre los procedimientos necesarios para denunciar estos incidentes. Sólo el 37.4% de las víctimas informó de las agresiones a sus superiores, el 33.3% en el caso de agresión física y el 34.8% de los abusos verbales. Además sólo 3 participantes de 31 (9.7%) y 4 de 60 (6.6%), rellenaron los informes de los incidentes sobre agresiones físicas y abusos verbales, respectivamente. Este hallazgo es menor que en el del estudio de Deep (2003), que mostraba que el 13% de los incidentes de agresiones físicas y el 10% de abusos verbales sufridos por los participantes de este estudio, fue comunicado a sus superiores. Tampoco hubo ningún participante que quisiera tomar acciones legales, mientras que sólo el 2% de los participantes que sufrieron abusos verbales y el 3.6% agresiones físicas, completaron los informes sobre los incidentes sufridos.

Otros estudios como el de Mayhew (2003) y el de Mayer et al. (1999), mostraron un porcentaje más alto de denuncias presentadas. Mayhew confirmó que los enfermeros expuestos a incidentes violentos comunicaron el 40.5% de éstos a su supervisor y coordinador de OHS, el 7.1% al sector de salud y el 1.9% a la policía. Estos hallazgos son mayores que los de este estudio, pero aún son inferiores al nivel esperado.

Sin embargo, el bajo porcentaje de denuncias se podría relacionar a factores culturales que controlan la comunicación y las relaciones de las personas. Se cree que es necesaria una investigación más profunda para determinar las verdaderas razones que se encuentran detrás de todo esto.


Actitudes de los participantes para denunciar las agresiones

Las actitudes de los participantes concerniente a la denuncia de los incidentes, se encuentran en parte relacionadas con el bajo porcentaje de acciones llevadas a cabo por los gerentes, el 33.3% y el 26.2% para las agresiones físicas y el abuso verbal, respectivamente. También, esto se ve autentificado por el hecho de que el 54.8% de los participantes dijeron que era inútil el denunciar las agresiones físicas. También mostraron un bajo grado de satisfacción con el modo con el que trataban el incidente, el 59.4% y el 61% de los participantes que sufrieron agresiones físicas y abuso verbal, respectivamente. Esta actitud de los participantes se vio enfatizada por el hecho de que las medidas existentes para tratar la violencia en el lugar de trabajo no animaban a denunciar los incidentes. (R de Persaon = 0.93, la p = -0.016, la n = 29). Resulta interesante que el 89% de los participantes no estaba de acuerdo con la afirmación de que los enfermeros que se vieron envueltos en algún incidente y sólo sufrieron heridas menores, no deberían denunciar el incidente, (Presley, 2002).

Educación y formación: A pesar del porcentaje de incidentes denunciados por los participantes de este estudio, los programas de formación sobre el manejo y las causas de la violencia, eran bajos y limitados. El 81% de los participantes no recibieron ningún tipo de formación relacionada con las causas y la prevención de la violencia. Similares resultados se hallaron en relación a cursos de formación sobre el manejo del estrés, medidas de seguridad en los servicios de urgencias y habilidades en la comunicación. Este bajo porcentaje sobre formación se presentó en el estudio de Mayer, donde más de la cuarta parte de los participantes comentaron que no tenían formación sobre la prevención de la violencia. Sin embargo, las cifras mostraron que la formación es realmente importante para ayudarles a saberse defender en caso de verse expuestos a una agresión física (0%). Pero esto no está reduciendo el número de agresiones que están sufriendo, sino que en realidad está aumentando. También la formación aumentó el número de denuncias de los participantes del 40% al 50% del personal que realizó los cursos de formación de “seguridad en urgencias” y “comunicación”. Pero esto no es aún suficiente. Además se supo que la mayoría de estos programas de formación eran impartidos por los enfermeros con categorías más altas, lo cual explica por qué estos enfermeros tenían más conocimientos sobre denunciar y procedimientos políticos. El 81.8% de los enfermeros con categorías más altas dijeron que habían procedimientos para denunciar las agresiones.

Otro punto más a tener en cuenta en esta sección es que los enfermeros no creen que el nivel actual de formación que tienen fuera útil para disminuir la violencia. Las cifras mostraron que sólo el 15.4% de los participantes dijeron que la formación había disminuido la prevalencia de la violencia. Por otra parte, el 66.7% de los participantes creía que la formación ayudaría a mejorar las condiciones en el puesto de trabajo.

Esta sección muestra que los participantes de este estudio no recibieron la formación suficiente para el manejo de la violencia en el puesto de trabajo, aunque creen en la importancia de una educación y una formación para tener unas condiciones mejores y más seguras en el lugar de trabajo.

Coste de la incidencia de violencia

Violencia y asaltos al puesto de trabajo de salud no solo afectan la salud física y salud mental de los trabajadores sino que se extiende su efecto al sistema entero de salud. Un aumento de licencia por enfermedad, como hace el uso de la salud cuida el seguro para tratamiento y la carga de trabajo en otro personal para realizar el trabajo, se vuelve más pesado. Afortunadamente sólo 7 fuera de las 33 enfermeras expuestas a ataque físico tomaron días de baja a causa del incidente violento. El promedio de los días de licencia por enfermedad era únicos 1.79 días. Duró entre de 1 a 2 días. Sólo 3 enfermeras consiguieron tratamiento debido al daño que resultó de un ataque físico. Por otra parte 6 de los que respondieron a este estudio y que fueron expuestos a asaltos se trasladaron a otra unidad. Los departamentos de emergencia perdieron las 6 enfermeras diplomadas que tomaron tiempo y esfuerzo para ser adiestrado para trabajar al departamento de emergencia. Además, ciertas enfermeras se esforzaron para ser adiestrado para trabajar en el departamento de emergencia. En este estudio nosotros queremos poner de manifiesto la importancia del coste que suponen los incidentes violentos en estos departamentos. Puede medirse exactamente por el aumento de los informes presentados.


LIMITACIONES

Este estudio ha tenido ciertas limitaciones a la hora de probar, y solicitar como instrumento legal y la metodología. El tamaño de la muestra era pequeño , que puede haber reducido la representación y generalidad de las recomendaciones. Sin embargo, es importante el hecho de que la muestra fue contraída de diez lugares de investigación diferentes, y esto ha aumentado la probabilidad de lograr una muestra representativa. La muestra escogida era una muestra de no-probabilidad; falta del acceso a participación potencial para selección casual y tiempo limitado y los recursos eran los factores instrumentales en la elección de selección.

La muestra representa cerca del 75 por ciento de las enfermeras totales trabajando en ED en el oeste y hospitales de Jerusalén. Por lo tanto, esto debe asegurar que la muestra es representativa. Hubo ciertas limitaciones en relación con los instrumentos usados en este estudio. El instrumento original era escrito en inglés y era traducido a Arabe, que puede cambiar ciertos términos y significados para ajustar la nueva cultura. Los coeficientes de fiabilidad de alfa eran entre 0.46 y 0.79. Sólo un campo era abajo el nivel aprobado de 0.70.

El estudio puede listar información sobre el acercamiento cualitativo. También puede listar la comprensión profunda. Sin embargo, el estudio pudo ser más comprensivo.


CONCLUSIÓN

El propósito principal del estudio fue investigar la incidencia de la violencia en departamentos y los factores de emergencia usados por ED provea de personal para impedir tal violencia. El estudio también apuntado para determinar el nivel de apoyo, para explorar los tipos de soporte disponible a proveer de personal que está expuesto a violencia y para investigar las opiniones del cuerpo administrativo en cuanto a cómo tal violencia se podría impedir. Finalmente, los intentos fueron hechos para identificar las estrategias de manejo efectivas para dirigir el asalto basado en sugerencias expuestas por los que respondieron la encuesta y esas que se derivan de la literatura.

La investigación ha mostrado que la violencia en el puesto de trabajo se convierte en un fenómeno alarmante a nivel mundial. La salud divide en sectores al persona, que está particularmente al riesgo de la violencia en su puesto de trabajo y personal en la línea del frente en el ED es más susceptible a violencia y asalto. La incidencia verdadera de la violencia en la colocación de cuidados de salud es difícil de estimar, como existe las definiciones diferentes de la violencia de puesto de trabajo. Además, allí están los sistemas de recopilación de datos diferentes para los tipos diferentes de la violencia. Además, bajo presentación de informes de incidentes violentos por los trabajadores de cuidado de salud es un factor significativo al detectar la incidencia verdadera de la violencia.

La investigación también muestra que la prevención de la violencia en las colocaciones de cuidado de salud requiere un compromiso fuerte de la administración de cuidado de salud. Esto incluye distribuir los recursos suficientes para seguridad, valoración del riesgo y del trabajador y el entrenamiento y manejo en la prevención de la violencia. Además, una política escrita clara para la seguridad del trabajo debe estar presente y comunicada a todo el personal. También, se debe formar un equipo anti-violencia interdepartamental y multi-disciplinario. Los programas de entrenamiento y de educación para los empleados, enfermeras, supervisores, gerentes y miembros de seguridad en relación con el reconocimiento de los signos de la violencia, habilidades de comunicación, técnicas coercitivas y el manejo de la tensión debe proveerse también. Existe la evidencia que la violencia en el cuidado de salud puede ser psicológicamente dañina a víctimas aparte de causar el daño físico. El apoyo a los empleados asaltados es crucial desde el punto de vista de este estudio.

Las conclusiones importantes se pueden sacar de los hallazgos de este estudio. Se encontró que los porcentajes de ambos tipos de abuso, físico y verbal para ser más alto en este estudio que en otros estudios hechos en la misma área geográfica, pero similar a los estudios internacionales. Los años de experiencia y el tipo del sector de salud son los factores que afectan a la incidencia de asaltos. Los trabajadores en público y los sectores de salud de no-beneficio son expuestos a los insultos físicos y verbales mucho más que en los sectores privados de salud. Los factores de género y de edad no eran factores según la estadística significativos que afectaron la incidencia de los incidentes violentos en este estudio. Como el movimiento es más limitado en la noche, los índices de abuso son mucho más altos durante turnos de día y los parientes eran los perpetradores principales en este estudio. El índice de la presentación de informes de incidentes era bajo y limitado y los participantes relataron un bajo grado de satisfacción como se habían actuado con esos informes.

Los participantes creen que mejorando los alrededores, aumentando las medidas de seguridad, entrenando e invirtiendo en los recursos humanos son los factores más efectivos para disminuir la violencia.


RECOMENDACIÓN

Recomendación para entrenarse

Se recomienda que:

  • Todo el personal que tiene contacto con pacientes deba tener el entrenamiento básico relacionado con:

  • Comunicación

  • Cómo actuar ante el comportamiento violento.

  • Manejo de la tensión.

  • Las medidas de seguridad en ED.

  • Todo el personal en ED debe ser calificado para trabajar en el ED por haberse especializado cursos en la emergencia.


Recomendaciones para el desarrollo político

Se recomienda que:

  • Debe existir una política que sea comprensiva y consistente en relación con relatar agresión y situaciones del asalto:

  • Desarrolle una forma oficial comprensiva para la presentación de informes de los incidentes violentos

  • Desarrolle una política en cómo negociar con el comportamiento violento

  • Asegure que todo el personal está familiarizado con esta forma y cómo rellena lo apropiadamente.

  • Asegure que manejo alienta presentación de informes de tales incidentes

  • Desarrolle una política sobre los antecedentes y consecuencias del asalto.

  • Desarrolle una política que soporte las víctimas física y emocionalmente en caso de un incidente del asalto.

  • Desarrolle una política para reclutar del cuerpo administrativo en los ED donde los niveles del abuso son excesivos.


Recomendaciones para el manejo

Se recomienda que: Todos los dirigentes deberían proporcionar una estructura formalizada del apoyo para todo el personal que ha sido asaltado mientras realizaba su puesto de trabajo.

  • Referencia para que los profesionales puedan recibir consejo.

  • Los gerentes de enfermeria deben ser responsables de eliminar a las víctimas la cultura de la culpa.

  • Los gerentes de enfermerìa deberían alentar la presentación de informes del asalto.

  • Es la responsabilidad del gerente el estudiar todo el incidente violento y crear una política en cómo negociar con el comportamiento violento.

  • Reclutamiento del personal en ED.

  • En servicio la educación relacionada con comunicación y manejo de tensión.

  • Existencia de las medidas eficientes preventivas que ayuda para impedir o disminuir los comportamientos violentos como medidas de seguridad, entorno cómodo, disminuir tiempo de espera, disponibilidad de los recursos.


Dotación de personal:

  • Disponibilidad de los miembros del personal suficientes en todos los servicios para disminuir el tiempo de espera.

  • Programa de orientación para el nuevo personal.

  • El personal debe ser cualificado y disponer de buenas habilidades de comunicación.


Recomendaciones para la investigación adicional

Se recomienda que:

  • Hacer un esfuerzo por incluir todas las especialidades clínicas para la investigación de la incidencia de las situaciones de violencia y las medidas de prevención..

  • La investigación adicional para investigar las causas del comportamiento violento en los servicios de salud.

  • La investigación adicional para identificar componentes de un programa de enseñanza efectivo para tomar parte en la prevención y manejo del comportamiento violento.

  • Aumentar esfuerzos para mejorar los sistemas de presentación de informes en relación con la agresión y laviolencia en el puesto de trabajo de salud.

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