ERGONOMÍA Y RIESGOS LABORALES EN
URGENCIAS Y EMERGENCIAS |
La Legislación española, comunitaria e
internacional en materia de Prevención de
Riesgos Laborales, así como las
publicaciones derivadas de la misma y
emitidas por instituciones públicas
responsables, establece que, la manipulación
manual de cargas en el puesto de trabajo
puede provocar serios daños a la salud de
los profesionales, e incita a los implicados
a tomar las medidas necesarias para
minimizarlos. Así mismo se define que las
cargas cuyo peso superen los 3 kg son
consideradas como cargas potenciales de
riesgo.
Tomando como base la Legislación Española y
Comunitaria en materia de Prevención de
Riesgos Laborales, el Ministerio de Trabajo,
a través de la figura del Instituto Nacional
de Seguridad e Higiene en el Trabajo,
elaboró una guía técnica sobre manipulación
manual de cargas. En ella se define como
carga «cualquier objeto susceptible de ser
movido, incluyendo la manipulación de
personas (como los pacientes de un
hospital)». Esta misma publicación considera
que «la manipulación manual de toda carga
que pese más de 3 Kg. puede entrañar un
potencial riesgo dorsolumbar no tolerable,
ya que a pesar de ser una carga bastante
ligera, si se manipula en unas condiciones
ergonómicas desfavorables (alejada del
cuerpo, con posturas inadecuadas, muy
frecuentemente, en condiciones ambientales
desfavorables, con suelos inestables, etc.)
podría generar un riesgo».
Los
profesionales de la urgencia y emergencia
extrahospitalaria están rodeados en su medio
de trabajo de factores de riesgo (de los
contemplados en la legislación) en
particular dorsolumbares y relacionados con
la manipulación manual de cargas (Ej. carga
demasiado pesada o voluminosa, difícil de
sujetar, posición inestable, suelo
irregular, desniveles, temperatura / humedad
/ circulación del aire inadecuadas, ...).
Los profesionales de la urgencia y
emergencias sanitarias en su actividad
diaria participan en situaciones que
implican un manejo manual de cargas, con los
riesgos derivados que esto supone. En
algunas ocasiones es posible paliar este
tipo de riesgos a través de la
concienciación y la adopción de una serie de
medidas preventivas, pero a pesar de que se
puede paliar, es prácticamente imposible
evitarlo en su totalidad, debido a las
peculiaridades del trabajo al tratarse de
situaciones de urgencia sanitaria, en muchas
ocasiones acompañadas de un riesgo vital
para el paciente.
Portar una carga cuando subimos o bajamos a
un plano diferente (desnivel del suelo)
aumenta el riesgo de lesión, ya que se añade
complejidad a los movimientos y se crean
grandes fuerzas estáticas en músculos y
articulaciones de la espalda. Debemos evitar
en la medida de lo posible bajar o subir del
vehículo asistencial cargados con material.
Una solución puede ser que un miembro del
equipo suba al vehículo y el resto espere a
la entrada (sin subir) a que el primero vaya
aproximando el material, para recogerlo.
Cada vez más, los especialistas recomiendan
el uso de mochilas para transportar el
material, en detrimento de las maletas y
maletines. Para ello las mochilas deben
cumplir una serie de medidas. Un respaldo
rígido impedirá que el material deforme la
mochila e incomode en la espalda. También es
necesario que ese mismo respaldo esté
perfectamente acolchado para que se adapte a
la espalda (cifosis y lordosis fisiológica).
Por último no debemos olvidar que los
tirantes deben ser regulables para que cada
persona los ajuste a su altura e impedir así
que la mochila resbale hacia abajo. Es muy
importante colocar la mochila de modo que
cada tirante descanse sobre un hombro y no
los dos sobre el mismo.
Algunas tareas que implican una manipulación
manual de cargas pueden automatizarse o
mecanizarse de alguna manera para que se vea
disminuido considerablemente el esfuerzo
humano necesario. Transportar una bala de
Oxígeno desde el almacén hasta la UVI móvil
supone un esfuerzo de elevado riesgo si se
carga a la espalda. Es preferible utilizar
los carros diseñados especialmente que
cumplen perfectamente la misma función a
costa de un esfuerzo mucho menor.
Todas esta medidas a modo de ejemplo, sin
duda, pueden contribuir a acomodar el
trabajo diario, pero tal vez, las
autoridades competentes debería reflexionar
y reconocer los riesgos laborales presentes
en la atención prehospitalaria urgente
considerando a estos como profesionales de
especial riesgo, como lo son los
determinados colectivos de seguridad, entre
otros, ya que a veces las situaciones de
emergencia vital obligan a bordear los
límites. SEEUE
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