PACIENTE
CON HIPERMAGNESEMIA EN URGENCIAS: INTERVENCIÓN DE
ENFERMERÍA |
María
del Rosario Giménez Andreu, Gabriel Segura López |
Servicio
de Urgencias. Hospital Santa Maria del Rosell de
Cartagena. Murcia |
Ofrecemos una revisión actualizada de los factores de riesgo de
desarrollar una hipermagnesemia, así como de la fisiopatología y
las manifestaciones clínicas del exceso de este cation en el
organismo. Exponemos las principales intervenciones
interdependientes de enfermería en el ámbito de urgencias,
subrayando la importancia de conocer esta alteración
electrolític a por parte de los profesionales de enfermería para
poder participar en su detección precoz y tratamiento;
estableciendo una atención a estos pacientes que tenga por
objetivo la identificación temprana de las expresiones clínicas
asociadas, así como la ejecución, dentro del marco colaborativo
de un equipo multidisciplinar, de las actividades que provengan
de la instauración de esta urgencia electrolítica.
Palabras
Clave: Hipermagnesemia, Magnesio, Intervención de
Enfermería.
We offer an updated revision of the factors of risk of
developing one hypermagnesemia, as well as of the
fisiopatología and the clinical manifestations of the
excess of this cation in the organism. We expose the
main interdependent nursing’s intervention in the scope
of urgencies, emphasizing the importance of knowing this
electrolytic alteration on the part of the professionals
infirmary to be able to participate in its precocious
detection and treatment; establishing an attention to
these patients whom the early identification of the
clinical expressions has by objective associates, as
well as the execution, within the frame of an equipment
to multidiscipline, of the activities that come from the
restoration of this electrolytic urgency.
Key Words:
Hypermagnesemia, Magnesium, Nursing’s intervention.
El contenido de Magnesio corporal en el adulto oscila ente 21 y
28 gramos, siendo un catión predominantemente intracelular. Se
localiza especialmente en dos grandes compartimentos, el hueso y
los tejidos blandos. El hueso contiene un 60% del Magnesio del
organismo, distribuyéndose tanto a nivel trabecular como
cortical, siendo este último potencialmente susceptible de ser
movilizado. De los tejidos blandos es fundamentalmente el
músculo esquelético el que destaca por su alta contenido en este
cation.
La concentración normal de este electrolito en suero
oscila entre 1,5 y 2,45 mg/dl. Dos sistemas, tracto
digestivo y riñón, se encargan del sostén de un control
apropiado de Magnesio mediante el equilibrio entre los
procesos de ingestión y eliminación. El contenido
habitual de magnesio en la dieta occidental es de unos
300 mg/día. Su absorción en el tracto gastrointestinal
es voluble, entre un 30 y un 50%, y se lleva a cabo
predominantemente en las últimas porciones del intestino
delgado. La cantidad ingerida parece constituir el
factor más importante en el control de su absorción
intestinal, existiendo una correspondencia inversa entre
ambas. Sin embargo, es el riñón el cardinal regulador de
la concentración de este electrolito en el medio
extracelular.
Ofrecer una revisión actualizada de los factores de riesgo de
desarrollar una Hipermagnesemia, así como de su fisiopatología,
manifestaciones clínicas y manejo por parte de los profesionales
de Enfermería desde los servicios de urgencias.
Estudio de investigación bibliográfica para el que se
utilizaron las bases de datos informatizadas CUIDEN®,
BDIE® y Medline®, circunscribiendo los descriptores
empleados a los términos clave con base booleana :
Hipermagnesemia, Magnesio, Intervención de Enfermería.
Seleccionando finalmente los textos explotados para la
producción de este trabajo tras la valoración de sus
Índices de Citación (mediante el Essential Science
Indicators®) y el examen de sus Abstracts.
Dado el efectivo manejo renal del magnesio, es raro que
su acumulación se produzca en ausencia de insuficiencia
renal o de administración exógena.
Diversos fármacos contienen magnesio y administrados en
profusión pueden conducir a su acumulación, al superarse
las posibilidades de filtrado renal: laxantes,
antiácidos, enemas y sales magnesiadas administradas por
vía parenteral. En particular, los enemas que contienen
este electrolito pueden llevar a la hipermagnesemia,
incluso en sujetos con función renal normal.
En el tratamiento de la preeclampsia y la eclampsia es
habitual la administración de sulfato de Magnesio por
vía parenteral. En este contexto puede producirse
hipermagnesemia, hipocalcemia e hiperpotasemia. La
afectación de la madre puede conducir a hipermagnesemia
neonatal.
También se ha descrito hipermagnesemia en la
intoxicación con teofilina y en el síndrome
leche-alcalinos. Otras situaciones clínicas asociadas a
la hipermagnesemia son: la hipocalcemia hipercalciúrica
familiar, el síndrome de lisis tumoral (se liberan
grandes cantidades de magnesio tras la destrucción de
las células tumorales), la insuficiencia suprarrenal, la
cetoacidosis diabética y la insuficiencia renal aguda
asociada a la destrucción muscular (grandes quemados,
traumatismos osteomusculares masivos, etc…).
El exceso de Magnesio impide la liberación presináptica de
acetilcolina, bloqueando la transmisión del impulso
neuromuscular. La hipermagnesemia produce un efecto análogo a la
intoxicación por curare.
En el sistema cardiovascular, la hipermagnesemia bloquea
los canales del calcio y los canales del potasio del
sistema de conducción cardiaco. El efecto vascular es la
vasodilatación y la hipotensión. En el corazón produce
una depresión del sistema de conducción. La combinación
de estas acciones conduce al deterioro de la función
cardiaca.
La hipermagnesemia inhibe la secreción de Paratohormona
y favorece la resistencia de los órganos diana. Esto se
traduce por una hipocalcemia que se potencia por un
efecto inmediato sobre la calcemia (como lo prueba el
hecho de que en sujetos hipoparatiroideos la
hipermagnesemia también produce hipocalcemia).
La clínica de la hipermagnesemia depende de la concentración de
este cation.
La repercusión de la hipermagnesemia depende de
su grado. Atendiendo a las manifestaciones
asociadas se consideran los siguientes grados: |
Grado |
Concentración mg/dl (mEq/l) |
leve |
2,3 - 3,6 (< 3) |
moderada |
3,6 - 4,8 (3-4) |
importante |
4,8-7,2 (4-6) |
grave |
7,2 - 12 (6-10) |
muy grave |
>12 (> 10) |
|
Las principales manifestaciones relacionadas con la
hipermagnesemia son las neuromusculares y las cardiacas.
La hipermagnesemia leve y la crónica de la insuficiencia
renal suelen ser asintomáticas.
Las manifestaciones más frecuentes son neuromusculares;
se observan por encima de 3-4 mg/dl. Una manifestación
precoz es la hiporreflexia, que aparece a partir de los
4 mg/dl; la arreflexia comienza a partir de los 6 mg/dl.
Con concentraciones superiores pueden aparecer
somnolencia y paresia, que llega a la cuadriplejía y, en
las formas más graves, a la insuficiencia respiratoria
por parálisis muscular.
La afectación del sistema nervioso central se
transcribe, a partir de 10 mg/dl, en disminución del
nivel de conciencia con estupor y coma. El bloqueo
parasimpático produce pupilas fijas midriaticas, que
puede aparentar un síndrome de herniación en el sistema
nervioso central.
Entre las manifestaciones cardiovasculares, la
hipotensión arterial, por vasodilatación periférica,
comienza a partir de los 5 mg/dl. Se asocia
frecuentemente a bradicardia. Por encima de los 6 mg/dl
se observan alteraciones en el ECG: prolongación de los
intervalos PR y QT y ensanchamiento del QRS. Con
concentraciones superiores se llega al bloqueo aurículo
-ventricular comp leto. Niveles superiores a 18 mg/dl
producen asistolia.
También se describen algunas manifestaciones
inespecíficas, como náuseas, vómitos y rubicundez
cutánea.
Un hallazgo usual es la hipocalcemia. Suele ser
asintomática, sin embargo puede favorecer a las
alteraciones del ECG. También se ha descrito
hiperpotasemia, en relación con una disminución de la
excreción urinaria de potasio, por bloqueo de los
canales de potasio a nivel tubular.
INTERVENCIÓN DE ENFERMERÍA |
La mayor parte de los casos pueden ser preve
nidos con anticipación. Debe plantearse la
posibilidad de intoxicación en pacientes con
insuficiencia renal, evitando la administración
de fármacos que contengan magnesio . También
vigilaremos especialmente a los pacientes en
tratamiento con teofilina y a aquellos pacientes
oncológicos tratados con quimioterapia o
radioterapia que padezcan algún tipo de
neoplasia hematolinfoide con alta fracción de
crecimiento celular por riesgo de desarrollar un
síndrome de lisis tumoral.
Dependiendo de la gravedad y sintomatología, la
intervención de enfermería ira encaminada, además de a
la vigilancia de las constantes vitales, la
monitorización y al soporte hemodinámico implícito, a la
realización de las siguientes actividades:
Hipermagnesemia grave con sintomatología clínica o
alteraciones electrocardiográficas:
-
Administrar calcio intravenoso: Dosis: 100 a 200 mgr
de calcio (1 ampolla de cloruro de 10 ml cálcico al
10% o 2 ó 3 ampollas de 5 ml de gluconato cálcico al
10%) disueltos en 100 ml de suero fisiológico.
-
Administrar 250 ml de glucosado 30% con 25 UI de
insulina rápida que promueven la penetración de
magnesio en la célula.
-
Hemodiálisis utilizando un baño de diálisis bajo en
magnesio.
Hipermagnesemia leve o moderada sin sintomatología:
-
Es
suficiente una restr icción del magnesio de la dieta
(reducción o eliminación de la dieta de alimentos
como los frutos secos, los caracoles, el maíz, el
chocolate, los garbanzos, las lentejas y el pan
integral entre otros).
La mayoría de hipermagnesemias son secundarias a
procesos que cursan con insuficiencia renal y a
la administración exogena de diversos fármacos
que contienen este cation, así encontramos
involucrados medicamentos como antiácidos,
teofilina enemas, laxantes y sales de Magnesio
administradas por vía parenteral.
La clínica de la hipermagnesemia está en relación con la
concentración de este electrolito, relacionándose las
principales manifestaciones clínicas con la afectación
neuromuscular (al inhibirse la liberación presináptica
de acetilcolina, bloqueando la transmisión del impulso
neurológico) y con la cardiovascular (vasodilatación y
bradiarritmias).
Los Profesionales de Enfermería deben conocer esta
alteración electrolítica para poder participar, como
miembros del equipo multidisciplinar, en su detección
precoz y tratamiento, ofreciendo unos cuidados que
permitan la identificación precoz del conjunto de
manifestaciones clínicas asociadas, así como la
realización de las actividades interdependientes que se
deriven del tratamiento de esta entidad clínica,
identificando a los pacientes con alto riesgo de
desarrollar esta entidad clínica y participando en la
instauración de las de medidas preventivas o
correctoras.
-
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